Por esas personas
que se perdieron por el camino, aunque hubieran caminado con nosotros un largo
recorrido.
Porque no siempre
es fácil mantenerse al lado de todos aquellos a los que le dijiste “estaré aquí
siempre”. Las palabras son fáciles, hablamos tanto que lo hacemos hasta sin
pensar. Sólo llenamos el silencio, para no escuchar lo que tenemos dentro.
Porque “siempre”
es mucho tiempo, y muchas veces se hace demasiado largo, quizás es necesario
perderse en un “nunca” para poder volver a ese “siempre” con las ideas más claras.
Porque también es
necesario alejarte, mirar todo con perspectiva, y poder volver a vivir ese
siempre que has prometido más veces de las que puedes cumplir. Porque siempre
nunca dura siempre, siempre dura “todo lo que pueda mantenerlo”. Pero nadie
dice “estaré aquí hasta que pueda”. Porque eso no suena completo, suena a que
puedes dar mucho más. ¿Quedándote toda una vida por delante como puedes
prometerme solo una parte? Porque, aun sabiendo que nuestro “siempre” no será
sincero pretendemos que el otro lo sea.
Te sientes
realizado, te sientes completo, algo así como que estás dándolo todo. En ese
momento te sobran tantas fuerzas y tantas ganas de vivir que las das todas.